No hemos tenido nunca la oportunidad de estar dentro del útero materno ni siquiera asomarse a su interior, salvo cuando éramos un feto y ahora ese recuerdo se ha perdido, esa vivencia debe ser similar a cuando te asomas a una geoda, este placer tan intenso se siente cuando observas su interior, yo creo que puede ser igual o al menos parecido a estar dentro de él. Esta percepción la percibí cuando metí la cabeza por la cavidad de la Geoda de Pulpí, la experiencia no duró mucho, pero la emoción que me dejó la recordaré toda la vida.
Después de un largo recorrido a través de la mina de hierro y plata de Pulpí, donde el guía va explicando cada lugar y rincón de las cavidades, caminando por los túneles el tiempo se te hace un poco largo pues tu objetivo está en la geoda, tu mente está puesta en ese lugar y por mucho que te cuenten historias de los mineros y de su vida en la mina, de cómo sacaban las piedras y de cómo vivían de dentro. A cada paso que dábamos y a cada metro que bajábamos en tu mente retumbaba la palabra geoda, geoda.
Llegas a un lugar donde hay que bajar una larga y profunda cavidad, han dispuesto una escalera de caracol realizada en metal y al lado un pequeño ascensor para solo dos personas. Ya había dejado dicho que tenía movilidad reducida, por lo que mi pareja y yo bajamos en el ascensor, doy gracias a que no tengo claustrofobia, y me pregunto cómo pueden bajar algunas personas que la tengan, casi pegados uno contra el otro y bajando despacio y viendo por el cristal como los demás del grupo bajan rápidamente por la escalera de caracol, la sensación y el agobio debe ser para ellos de lo más aterrador, bajar a 60 metros de profundidad como dos sardinas en lata.
Una vez que el ascensor llega a su lugar, el guía te abre las puertas y te pregunta como estas, quiero desde aquí dar mi felicitación a la guía Ana Belén Parra Parra por su confortable trabajo, te hace sentir como en casa y su amabilidad es digna de alabar, gracias Ana eres formidable.
Delante tengo la entrada a la geoda, no me lo puedo creer, tanto tiempo deseando estar allí cerca y ya está mi objetivo cumplido, mi corazón palpita de emoción y mis nervios se desbordan de impaciencia, solo queda entrar. La guía nos comunica que no se puede pasar dentro, el mundo se me viene abajo, tan larga espera, tanta emoción que tenía por fundirme dentro de los cristales y ahora te dicen que no se puede entrar, antes de venirme abajo y hundirme en la desesperación, nos comunican que hay una abertura por donde se puede introducir medio cuerpo y ver su interior, el cielo se abre y mis ilusiones pintan de nuevo una esperanza que por un momento estaba perdida. Resulta que la justificación de no poder entrar está bien fundamentada, se debe a que los cristales son muy delicados y quebradizos y al introducirse en la geoda podrían deteriorarse con tantos visitantes, la apertura que existe, es la misma que hicieron cuando la descubrieron, no han hecho otra y solo han entrado pocas personas, geólogos y profesionales para estudiarla y adecuarla al público.
Como éramos un grupo de cuatro parejas, delante de nosotros entró la primera, después de ellos me tocó a mí, te hacen poner un pie en un escalón y con la ayuda del guía, introduces la mitad del cuerpo por el agujero, una vez en esta posición todo se ve oscuro, esa oscuridad retumba en tu cabeza y por un momento piensas, ¿aquí no hay nada?. Una voz saliendo de atrás te pregunta ¿todo listo?. Si, contesté con voz temblorosa y expectativa, en ese mismo instante una luz inmensa recorre toda la estancia, un amanecer de estrellas y reflejos inundan el lugar, miles de destellos entran por mi cabeza y mis sentidos se agudizan al máximo, quieren captar toda la hermosura que allí se divisa, tonos blancos plateados tintineando como mil reflejos por doquier, luces y sombras como cuchillos afilados recorren la cavidad, te atraen, te atraviesan, te susurran en un inmenso silencio sepulcral, tus oídos y tu vista se cierran y solo sientes, sientes el estar dentro muy dentro del útero materno, así sería, así debería ser. A tu mente llegan las sensaciones vividas de los pocos días de vida, luces y sombras de nuevo, miles de pinchazos en tu mente como estrellas fugaces recorriendo dentro de tu ser, todo el universo a tu alrededor, toda tu vida en un instante.
El tiempo se detiene, es como una serpiente que se muerde la cola, no hay pasado, presente ni futuro y piensas si seguirías allí el resto de tu vida, de pronto vuelve la oscuridad, esa oscuridad que te ciega, que te aísla, de repente se te paraliza el corazón y todo se ve negro, un negro más negro que lo normalmente es el negro, una voz parecida a un eco como si saliera de ultratumba anuncia que el tiempo se ha terminado y que debes dejar paso a otra persona. ¿Cuánto tiempo ha pasado? En ese momento no lo percibes, un minuto, una hora, un día, un año, una vida. Si alguien pudiera ver la cara que tienes en ese instante diría que no eres tú, un rostro fruncido, entre triste y contento, entre ilusionado y desengañado, pero en mi interior boquiabierto ante la maravilla, tenía que haber durado más tiempo, al menos un par de minutos más, ¿solo un minuto es suficiente? 90 minutos de visita y solo un minuto de geoda, no es justo.
Solo me queda la opción de volver otro día, no sé cuándo tendré esa oportunidad, tal vez el año que viene o el otro o a lo mejor nunca más, el tiempo y las circunstancias irán mandando, lo que si tengo seguro es que la experiencia vivida el 23 de julio de 2020, no se me va a olvidar jamás.
Han pasado pocos días desde entonces pero cada vez que cierro los ojos y pienso en la geoda, los pelos se me erizan y la carne de gallina aparece en mis brazos, todo ocurre en un breve instante, en ese instante todo mi ser esta dentro de la geoda, dentro de las entrañas maternales, mi espíritu y mi alma están con mis dos madres, Gaia y biológica.
Misceláneas.
Esta maravilla de Geoda fue descubierta en diciembre de 1999 por Efren Cuesta Infiesta, acompañado por su padre Jose Manuel Cuesta, su hermano Adrián; el fundador del Grupo Mineralogista de Madrid e Ingeniero de Minas, Gonzálo García; Fernando Palero, uno de los maestros de la geología den España y Ángel Romero, mineralogista almeriense y conocedor de la zona.
El hallazgo, fue fruto de la casualidad. El joven Efren (entonces 20 años) decidió desviar su camino y descender hacia un pozo donde descubrió una pared blanca, grande, cubierta de cristal de yeso y totalmente tapada. Con la ayuda de su padre retiraron las placas de yeso cristalino y fue cuando se abrió un hueco y … descubrieron la maravilla que la naturaleza nos había regalado. L a cavidad de siderita tapizada por enormes cristales de yeso que afloraban de las paredes, suelo y techo, y cuya pureza permite observar en su interior gotas de agua que siguen presas desde hace casi una eternidad.
La geoda gigante de Pulpí es la más grande de toda Europa y la segunda del mundo documentada hasta la fecha. La mayor geoda encontrada está ubicada en México, en el estado de Chihuahua , pero sus condiciones atmosféricas hacen imposible que sea visitable, ya que llega a alcanzar una temperatura de hasta 58 ºC y una humedad relativa de casi el 100%.
La geoda de Pulpí, descubierta en una mina de plata abandonada en la provincia de Almería, es una de las más grandes del mundo. Se trata de una cavidad de casi 11 metros cúbicos cuyas paredes están adornadas con imponentes cristales de yeso de hasta dos metros de largo. A lo largo de sus ocho metros de largo, tres de ancho y casi dos de alto, y en su interior caben 10 personas. Es una de las más grandes del mundo conocidas, está cubierta con grandes prismas de selenita —sulfato de calcio hidratado, una variedad de yeso cristalino, con reflejos blanco azulados que recuerdan los de la luz de la Luna: de ahí su nombre, por la diosa griega Selene— de excepcional transparencia, con piezas de hasta dos metros de largo.
“Los cristales gigantes de Naica o la geoda de Pulpí son como las pirámides egipcias”, afirma García-Ruiz. Todos son monumentos impresionantes, pero la creación de esas geodas ha llevado eones y son literalmente irremplazables.
Como se formó.
Dentro de la cavidad rocosa —hay agujeros que habían sido burbujas de aire salidas del magma, grietas creadas por la actividad tectónica, etcétera— se llena de fluidos hidrotermales. Una vez dentro, sus elementos disueltos pueden cristalizarse en las paredes. Con temperaturas estables, ingredientes suficientes y mucho más tiempo pueden producirse cristales más grandes.
El yeso no es una excepción. Este compuesto químico contiene sulfato de calcio, así como múltiples moléculas de agua. Después está la anhidrita, que es sulfato de calcio sin el agua. Por debajo de 57 grados Fahrenheit, el yeso es el compuesto más estable y la anhidrita se disuelve fácilmente en agua, creando los elementos básicos del yeso. Cuando el agua desaparece, el yeso se cristaliza.
La anhidrita de Pulpí se estableció hace unos 250 millones de años, durante el Triásico, cuando existía el super continente de Pangea y empezó el auge de los dinosaurios. Cuesta más determinar el momento en el que el yeso empezó a crecer, ya que los cristales contienen pocas impurezas dañables, pero una capa de carbono sobre los cristales datada en un estudio radiométrico indica que se formaron hace 60 000 años, como mínimo. Basándose en los tiempos de la deformación tectónica del lugar, empezaron a crecer hace dos millones de años, como máximo.
Para ver más detales ver los dos videos:
https://mundoesoterico.es/video_3d_geoda_pulpi/
Reserva de entradas:
http://www.geodapulpi.es/
Dirección:
Calle Sierra de los Filabres, 04648 Pulpí, Almería
Como ir.
En Coche:
Para ir a Pulpí, la salida desde la Autovía del Mediterráneo (A-7), dirección Almería-Murcia, es la salida 537: “Pulpí-Cuevas de Almanzora”. Después para ir a las playas de Terreros continuar dirección Águilas.
La salida si vienes de Murcia-Almería es la salida 559: “Huercal-Overa Norte- Pulpí”. Continuar dirección Pulpí.
También se puede coger la salida a San Juan de los Terreros- Pulpí desde la Autopista del Mediterráneo (AP-7).
En Tren:
Las comunicaciones por tren disponen de una red de cercanías que une Pulpí con Murcia. Hay dos paradas de tren; una en Pulpí pueblo y otra en el Pilar de Jaravía.
Para consultar horarios y recorridos:
clientecercaniasmurcia@renfe.es
Para más detalles ver las páginas:
http://www.sehacecaminoalandar.com/geoda-de-pulpi-visitable-mas-grande-del-mundo/
https://www.lonifasiko.com/2019/09/20/visitar-geoda-de-pulpi-almeria-comprar-entradas-reservas/