Resonancia
Todos tenemos un estado de resonancia con respecto a otros y a otras cosas, vibramos al unísono y en armonía con notas, vivencias, personas y con el ambiente que nos rodea, nos ponemos en armonía y experimentamos un estado de empatía que determina nuestras vivencias, es una unión de nuestro ser con notros mismos y con los demás, desde muy pequeños aprendemos y nos identificamos con nuestro entorno y resonamos sin pensar con lo que nos rodea, bien para lo bueno , bien para lo malo, en nosotros esta elegir lo que nos viene bien y atenernos después a las consecuencias.
¿Alguna vez te has preguntado por qué siempre atraes cierto tipo de experiencias o personas a tu vida? ¿Sabes en qué el pasado familiar condiciona tu presente? ¿Sabes que el entorno donde vives y con quien vives puede transformar tu futuro sabes que la naturaleza influye en tu comportamiento?
Cuando hablamos de «resonancia» nos referimos al efecto de atraer a nuestras vidas aquellas experiencias acordes con la información que captamos de nuestro día a día, hay personas con las que «conectamos» y otras con las que NO, sin un motivo aparente.
Para comprender este concepto sin llegar a pensar que estamos hablando de “magia” primero debemos hablar un poquito de Ciencia, concretamente de FISICA que es la Ciencia que estudia la materia, su comportamiento y las relaciones que existen entre ésta, la energía, el espacio y el tiempo.
Por definición la materia es todo lo que tiene masa, peso y ocupa un lugar en el espacio. Todo en el universo es materia, desde las lejanas galaxias que podemos obser
var a través de un telescopio hasta la silla o el sillón en el que estás sentada o sentado ahora mismo, está hecho de materia.
Toda la materia está formada a partir de unas partículas pequeñísimas llamadas ATOMOS los cuales a su vez están constituidos por partículas todavía más pequeñas llamadas PARTICULAS SUBATOMICAS (electrones, protones y neutrones).
Lo interesantes es que todo en el Universo está hecho de MATERIA Y ENERGÍA. La MATERIA está compuesta de átomos y moléculas (que son grupos de átomos) y la ENERGÍA hace que los átomos y las moléculas estén en constante movimiento, girando alrededor de sí mismas, vibrando y creando la VIDA.
Si bien nos imaginamos a las partículas subatómicas (electrones, protones y neutrones) como pequeñísimos puntos existe una famosa teoría llamada “TEORIA DE CUERDAS” cuya idea esencial es que si viésemos una partícula subatómica con un microscopio muy potente nos daríamos cuenta de que en realidad no es un punto, sino un pequeño lazo o cuerda que VIBRA en el espacio-tiempo dicho de otra forma estas cuerdas son “estados vibracionales» y lo que hace “vibrar” a estas cuerdas es la ENERGIA.
Lo que llamamos materia no son más que movimientos vibratorios. Todo en el universo tiene una vibración molecular, nada está en reposo, todo se mueve, vibra y circula en distintas «frecuencias» que se comunican entre sí, por lo tanto, las personas resonamos con el universo y eso nos puede afectar a nuestros comportamientos.
Resonancia con el sonido
Una frecuencia es la cantidad de veces que oscila (sube y baja) una onda de energía durante un segundo y se mide en hercios o Hertz (Hz). Básicamente la frecuencia es la » música» en la que se mueven los átomos de la materia.
Y la Resonancia es el fenómeno que sé que se produce al coincidir una frecuencia interna con una frecuencia externa.
Nikola Tesla el inventor de la radio decía: Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.
Cuando en Nuestra Tierra hablamos de vibración estamos partiendo del hecho de que TODO ES ENERGIA pues la energía es quien “controla” a la materia.
Lo que llamamos materia no son más que movimientos vibratorios. Todo en el universo tiene una vibración molecular, nada está en reposo, todo se mueve, vibra y circula en distintas «frecuencias» que se comunican entre sí.
Tu VIBRAS pues estás formado por átomos y moléculas que responden a la ENERGIA.
La Ley de Resonancia afirma que de acuerdo con nuestra vibración atraemos acontecimientos acordes a nuestros verdaderos sentimientos.
La tan popular “ley de atracción” no responde a nuestros anhelos y deseos sino a lo que “estamos siendo y sintiendo” momento a momento. Así que yo les recomiendo que en lugar de sentarse a desear fuerte e imaginar escenarios, lo sensato es abordar nuestro mundo emocional y alinear nuestro sentir con nuestro porvenir. Así, por ejemplo: podemos desear conseguir un buen trabajo, pero si no confiamos en nuestros recursos y en nuestro potencial resonaremos con aquellos empleos acordes a la confianza que nos tenemos. Del mismo modo respecto a una pareja… cuando el patrón de elección se repite, no es mera casualidad. Se trata de una sincronicidad que nos invita a trabajar lo que nos negamos a reconocer de nuestra interioridad.
Somos marionetas de nuestra limitada personalidad cuando respondemos al entorno desde la ceguera emocional. Tomar las riendas es poner luz en la oscuridad y animarnos a mirar dentro en lugar de señalar con ira lo externo.
Cuando conectas con alguien de manera profunda y os contagiáis de las mismas emociones, hay un área en tu cerebro que orquesta esa mágica conexión: el sistema límbico.
La mamá que mece a su bebé en su pecho. La pareja que se mira a los ojos y experimenta un escalofrío de placer y conexión indescriptible. Los amigos que se ríen cómplices de la misma anécdota. Estos ejemplos cotidianos definen un proceso fascinante: la resonancia límbica o la capacidad de compartir estados emocionales profundos entre las personas.
Parece magia, pero es neuroquímica. Ese proceso está mediado por poderosos circuitos de dopamina y norepinefrina que nos permite crear alianzas y construir las bases biológicas del apego. Sin esos sustratos biológicos y esa resonancia límbica, las personas seríamos entes aislados, criaturas sin capacidad de amar, cuidar y construir lo que hoy entendemos como humanidad.
La resonancia límbica nos permite contagiarnos de las emociones tanto positiva como negativa de los demás.
Resonamos emocionalmente con los demás gracias a nuestra capacidad empática. Es un mecanismo sofisticado y poderoso que se activa con el lenguaje no verbal y verbal, con el contacto físico, con experiencias compartidas. En él, surge toda una sinfonía de procesos con los que armonizar nos con las emociones de quien tenemos delante, vibrando, sintiendo y latiendo a una misma intensidad.
Resonancia con la naturaleza
El equilibrio ecológico se produce cuando hay armonía y estabilidad entre los seres vivos y el medio en el que habitan.
Podemos notar que cuando estamos en medio de la Naturaleza, en un lugar sin contaminación auditiva, nos sentimos en paz, armónicos, receptivos y en bienestar.
El universo tiene una vibración natural a 432 hz (ciclos por segundo). Lo cual permite a la gente entonar su conciencia y su ser, con la energía universal. En 432 Hz vibran los principios de la media de oro PHI y se unifican las propiedades de la luz, tiempo, espacio, materia, gravedad y el magnetismo con la biología, el código del ADN y la conciencia.
Un cambio en la naturaleza puede alterar la estabilidad que hace que nuestras acciones tengan coherencia y modifica las “reglas del juego” que ya conocemos, por lo que nos puede producir distintas emociones: angustia, desasosiego, incertidumbre, preocupación, nerviosismo…
No te equivocas al pensar que los cambios del tiempo pueden afectar a tu estado no sólo a físico sino también en el plano emocional. Y es que los seres vivos estamos rodeados por la atmósfera, y cualquier cambio que se pueda producir en ella puede tener un impacto en nuestro cuerpo en mayor o en menor medida.
Hay personas que resuenan a los cambios de la naturaleza no sólo a físico sino también en el plano emocional. Y es que los seres vivos estamos rodeados por la atmósfera, y cualquier cambio que se pueda producir en ella puede tener un impacto en nuestro cuerpo en mayor o en menor medida.
Las tormentas, la lluvia, el mal tiempo en general hacen que resonemos internamente a encontrarnos mal, de mal humor, sin ganas de hacer nada y con un humor de perros, en cambio un día soleado nos hace alegres y contentos, de igual forma estar al lado del mar y oír el ruido de la ola también nos levanta el ánimo.
Las fases de la luna hacen resonar en las mujeres a la hora de la menstruación, e incluso cuando dan a luz, este cambio de fase de la luna llena provoca que haya más partos en luna, aunque científicamente no se ha comprobado, pero la tradición ancestral confirma que es posible tal caso.
¿Cómo reconocer lo que es una emoción de resonancia?
Es como una emoción intensa que puede ser sentida físicamente de una manera profunda. La resonancia espiritual tiene la misma descripción, pero es aún más profunda porque la emoción puede ser entendida por el cuerpo, la mente y el espíritu. Estas sensaciones usualmente se pueden sentir en el pecho o en el plexo solar o como vibraciones que pueden ser muy intensas. Casi siempre que se siente esta resonancia espiritual la misma adquiere un profundo sentido y significado.
Es como tener una sensación de descubrimiento que te invade con algún objeto o tema en particular. Una sensación fuerte, pulsante y misteriosa que parecía emanar de ciertos lugares. Algo similar a un llamado que te hace vibrar.
“Una mente disciplinada y una aguda sensibilidad, permiten una resonancia empática profunda con todos los niveles de la vida” Zulma Reyo
Que es la Empatía
Empatía es resonar uno con el otro. Es sentir las vibraciones de sus sentimientos y necesidades para diseñar y producir intervenciones valiosas.
La resonancia es un fenómeno muy común en el universo musical. Se dice que si colocamos dos diapasones uno en frente de otro y hacemos vibrar cualquiera de ellos, el otro emitirá de forma espontánea el mismo sonido. La resonancia empática, entendida como la conexión intensa de las realidades emocionales y cognitivas entre las personas, parece seguir un sendero parecido.
Un maestro les preguntaba a sus algunos porque dos personas que están juntas alzan la voz a la hora de discutir cuando se encuentran enojadas
Sus alumnos fueron dando respuestas, pero ninguna satisfacía al maestro, pues todas intentaban justificar el acto de gritar debido a los nervios, al enojo, la ira…
Los discípulos, al no encontrar una respuesta a esa pregunta, esperaron la explicación de su maestro.
El maestro les contesto. Cuando dos personas se enfadan, sus corazones se alejan mucho y para cubrir esa distancia, tienen que elevar la voz. Pero, conforme elevan sus voces, más se enfadan y sus corazones más se alejan. Así que cada vez tienen que gritar más y más, porque la distancia que separa sus corazones es cada vez mayor, la resonancia empática se pierde al poner distancia por medio.
Esto no ocurre en el caso delos enamorados porque sus corazones están muy juntos. Y cuanto más enamoradas están dos personas, más juntos están sus corazones. Por eso, se hablan con mimo, con dulzura, en susurros y a veces, no necesitan ni siquiera hablarse porque con la mirada lo dicen todo. Porque entre sus corazones no hay distancia, en este caso la resonancia empática está dando su resultado.
Sentir la resonancia emocional de la otra persona es la forma de conexión empática más profunda y enriquecedora.
Trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Toronto, nos hablan de que la resonancia empática es una habilidad imprescindible que deberían desarrollar todas las personas. Conectar con la persona, hacerle ver que es entendida y ser capaces de actuar sin sentirse bloqueados por la realidad emocional, sobre todo en el lado de la medicina y de la salud, empatizar con el paciente es fundamental y es la clave para dar el primer paso en la sanación, resonar con el enfermo es la llave para abrir la primera puerta de su curación.
A través de la Ley de la Resonancia entendemos que todo en el universo se comunica entre sí por medio de vibraciones. Todas las cosas y todos los seres vivos en el mundo conocido tienen una vibración propia. Lo mismo sucede con todos los órganos y células de nuestro cuerpo, y toda la materia. Si investigamos la energía vibratoria de la materia, comprobaremos que distintos objetos oscilan con diferentes frecuencias, y algunos oscilan con una frecuencia igual o similar entre sí
En resumen, pocos procesos son tan fascinantes y poderosos como los que nos facilita sentir nuestro sistema límbico. Conectar con los demás es una necesidad básica en el ser humano. Y esto lo buscamos ya en cualquier escenario, el real y ahora también en el digital.
Ver el libro:
La ley de la resonancia (METAFÍSICA Y ESPIRITUALIDAD) autor Pierre Franckh
Accesos Directos a Paginas relacionadas con estos Temas:
https://nuestratierracosmetica.com/blogs/news/energia-vibracion-frecuencia-y-resonancia
https://www.corinavaldano.com/blog/resonancia-emocional-que-atraes-a-tu-vida
https://lamenteesmaravillosa.com/resonancia-limbica-conexion-mas-profunda-dos-personas/
https://lamenteesmaravillosa.com/resonancia-empatica-la-conexion-emocional-profunda/