El origen de las supersticiones es tan antiguo como el hombre mismo, pues desde tiempos muy remotos se trataba de explicar fenómenos tales como los truenos, los eclipses, el nacimiento, la muerte, el día, la noche, etc. Muchas de esas situaciones se asociaban a algo sobrenatural, el hombre trataba de explicar su mundo y los misterios que le rodeaban de una manera “sobrenatural” o supersticiosa. Es por eso que muchas supersticiones se asocian con la buena y mala suerte.

La palabra superstición proviene del latín “super” (sobre) y “statuens” (establecer): Se refiere a lo sobreentendido, lo que todo el mundo sabe que es así, sin explicación lógica. Etimológicamente, la palabra superstición también podría referirse a “superstitio“, de origen latino, que significa: creencia “extraña a la fe religiosa y contraria a la razón”.