Todos en alguna ocasión en nuestra vidas hemos hecho la expresión “Uff! ..de milagro no me ha pasado nada” esta expresión la hemos dicho alguna vez, cuando nos hemos caído y no ha pasado nada, en un accidente de coche,” uff! por poco no me he dado un golpe….”, ha sido un milagro, se cayó y no se rompió ningún hueso…etc.  En numerosas ocasiones nos hemos librado de acontecimientos que pueden haber sido catastróficos para nosotros o para otras personas que nos rodean.

Una familia con un hijo  no salían  de su asombro después de un accidente de coche no paraban de decir…. “Lo que nos ha pasado es un milagro. Estamos vivos de milagro y no nos lo podemos creer todavía. Hemos vuelto a nacer, ha sido brutal, hemos vuelto a nacer porque nos podríamos haber matado y lo único que tenemos son rasguños”.

 

¿Por qué nos pasa nada en una situación peligrosa? alguien nos vigila, tenemos suerte? influye la casuística, o verdaderamente hay milagros …existen los milagros.

Se dice que la vida  de cada persona está marcada desde el nacimiento por alguien más poderoso que nosotros, quien también decide la fecha de nuestra muerte. Dirimamos que después de ver lo afortunadas que fueron estas personas al salvarse de una muerte segura, podría comenzar a creer que es cierto pensar en milagros.

En toda la historia de los pueblos, existen historias de verdaderos milagros. Los milagros son intervenciones del ser superior, sobre los cuales podemos decir que, por amor, Él hace una excepción para aquello que supera nuestra naturaleza y comprensión. Milagro es una prueba de que tenemos un alguien por encima de nosotros, un vigilante con un poder supremo. El hace una práctica exclusiva de su amor omnipotente, que forma parte de un plan mayor. Todo milagro forma parte de su plan pensado para indicarnos que no estamos solos en el universo y que de vez en cuando las leyes se pueden romper en beneficio de nosotros mismos.

En nuestro mundo los milagros ocurren solo en contadas ocasiones, y por ello se consideran como eventos extraordinarios. Sin embargo, hacer milagros es un acto normal de creación, para aquellos que saben alinearse correctamente con el mundo de las causas, regido por leyes universales inmutables. 

Una buena pregunta seria ¿Cree usted en los milagros? A simple vista parece una pregunta sencilla que separa a los creyentes de los escépticos. Pero quizás la respuesta tenga otros matices. A lo mejor debamos reformular la pregunta y preguntar, ¿Qué es un milagro?. 

Un milagro es una situación, un fenómeno o una acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que, por lo tanto, es imputado a la participación de una entidad divina. La definición del término, de todas formas, varía de acuerdo a las creencias religiosas. Para el lenguaje cotidiano, un milagro puede ser cualquier tipo de suceso sorprendente, maravilloso o fuera de lo común.

Según los estudiosos del esoterismo nos cuentan que cada persona tiene su protector, su guía, en la religión católica le llaman el ángel de la guarda, en otras culturas son llamados, maestros ascendidos. También se da el caso de familiares y seres queridos que están en otra dimensión, es igual el nombre, el caso es que al nacer nos asocian estos seres de protección, ellos velan en cada momento por nosotros vigilando constantemente y salvaguardándonos  de problemas y situaciones conflictivas.  Hay personas que   incluso pueden comunicarse con ellos, llegan a establecer comunicación sobre todo  al hacer meditaciones. Estos seres intentan protegernos y si en algún momento de nuestras vidas necesitan corregir alguna situación que a nosotros nos parece imposible de lograr, ellos se comunican con el Ser Superior y abogan por nosotros y nos libran de una situación que para nosotros nos puede parecer extraño, pues nuestro conocimiento de las leyes del universo no son iguales que para ellos  y si nuestro destino no es el que estaba previsto, ellos lo solucionan, cosa que a nosotros nos parece difícil de creer, de ahí vine la expresión  “Esto ha sido un milagro”. 

Su protector  puede escoger diferentes formas para comunicarse con usted y darle mensajes, tanto de guía, como de protección, inspiración y compañía. Es importante que usted esté atento y consciente de que cada día su Ángel de la Guarda busca diferentes formas de hacerle sentir su presencia y constantemente le está dando mensajes para hacerle su vida más fácil y llena de milagros.

 

Hay muchas clases de milagros según   la perspectiva de donde miremos. Yo veo milagros todos los días. El milagro de ver un rostro enojado transformarse en una linda sonrisa. El milagro de ver la nieve que cubre una ciudad entera con una pureza silenciosa. El milagro de ver la nieve derritiéndose, que revela los colores habituales de nuestra vida cotidiana. ¿A qué llamamos milagro? ¿No es reconocer la integridad, la gran plenitud de la vida que se expresa a cada momento? El milagro de los gorriones retozando en la maleza del invierno; los seres vivos que nos rodean; el milagro del vapor que sale de una buena taza de café.

 Depende de nosotros abrirnos y prestar atención a los milagros que nos rodean todos los benditos días de nuestra vida. Si aprendemos a vaciar nuestras mentes y corazones de las distracciones de la vida que se interponen entre nosotros, podríamos darnos cuenta de lo milagrosa que es la vida.

Yo creo en los milagros. También creo en las leyes de la física. Los milagros no son un estado de la materia; son un estado de ánimo. A cada instante se produce un milagro en la vida y en la vida de todos los que se toman la molestia de valorarlo. 

 En la medida en que el hombre asciende a su más elevada posibilidad espiritual, los milagros se irán integrando como incidentes de la vida diaria. Porque no existe otro método más efectivo para abrir la mente a lo extraordinario, el corazón a la gratitud, y la conciencia al contacto con la divinidad. Si en este momento esa es la mayor necesidad humana… ¡cuenten con que todos veremos muchísimos milagros!

 

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