La cueva de la Luna es uno de lugares de poder de la meseta Central. Está ubicado en el pueblo de Titulcia a las afueras del pueblo y a 40 kilómetros al sur de Madrid, ahora tiene un restaurante encima y son los dueños y herederos de este lugar.
Para visitarla el propietario del restaurante requiere de haber comido allí y luego después tienes derecho a visitar la cueva.
Se descubrió en 1952. La historia se remonta al año 1775 donde el cardenal Cisneros construyó allí un humilladero para sacralizar el lugar, porque allí se le había apareció una cruz y lo interpretó como una señal divina.
El cardenal Cisneros se dirigía con su ejército hacia Orán. Partió de Alcalá de Henares y, según cuenta la leyenda, a su paso por Titulcia apareció en el firmamento una cruz cuando se preparaba la conquista de Orán (Argelia). Este hecho se repitió también en Cartagena y en África. Cisneros lo interpretó como una señal divina favorable a su campaña. Según estudios recientes hechos por historiadores de renombre, no confirman la veracidad de este relato, valga lo contado como algo que pudiera haber ocurrido.
La cueva es una construcción esotérica de la época del cardenal y encierra un secreto matemático relacionado con las empresas guerreras de la Cruz. Según algunos estudiosos, el extraño subterráneo cruciforme es ampliación de otro mucho más antiguo relacionado con los templarios, que, a su vez, aprovecharían estructuras remotas de santuarios prehistóricos.
La cueva se encuentra a 10 m. en el subsuelo y está compuesta por un habitáculo con una cúpula. En la misma hay unos círculos dibujados que, según parece, es la representación que del universo se hacía en el Medioevo. De este habitáculo parten varias galerías y se dan algunas circunstancias que merece la pena describir. Además de que la cruz templaria está grabada en distintos lugares de esta cueva, parece ser que en ella se cumplen determinadas proporciones que la convertirían en una construcción esotérica subterránea. Así pues, y según una teoría, la distancia entre Titulcia y la costa argelina es proporcionalmente 35,40 veces mayor que la distancia de la galería maestra y el centro de la cúpula, las distancias entre Titulcia y Lisboa y entre Titulcia y el Delta del Ebro son proporcionalmente 35,40 veces mayor que cada una de las galerías más cortas. La constante 35,40 es el resultado de dividir el diámetro de la Tierra por 360º. Hay algunas distancias más que son coincidentes.
Para el estudioso Armando Rico, que ha dedicado gran parte de su vida al desciframiento de la cueva de la Luna, este singular monumento encierra secretos relacionados con la transmisión de la sabiduría arcana que heredaron y administraron los templarios, en especial las leyes biorrítmicas del Universo. Señala Armando Rico que los visitantes de la cueva, en especial las mujeres, reciben la energía del cosmos si permanecen un minuto bajo la cúpula central.
La cueva tiene un Vórtice Energético de 24500 UB con su Octógono Radiante y una vena de agua subterránea. Pienso que la intención de los constructores sería que coincidiese con el centro, pero al ser una construcción subterránea, los cálculos fallaron, en aquellos tiempos no había sistemas de medición sofisticados, estas mediciones con otras que han tomado fueron hechas por el célebre radiestesista Epifanio Alacañiz.
Mi Vivencia:
En la cueva he estado en dos ocasiones, la primera hace unos años, en la cual permanecí dentro aproximadamente unos 15 minutos, la verdad es que no sentí nada por más que me esforcé y me concentré, fué como visitar otro sitio antiguo, aunque me habían dicho que algunas personas les producía dolor de cabeza y otras sensaciones, en mi caso nada, creía que podría sentir algo, e iba predispuesto a sentirlo, no sé, si sería por la obsesión de sentir algo o porque realmente no estaba preparado para ello. Salí de aquel lugar un poco frustrado y con una desilusión tremenda, como cuando un niño coge un regalo con mucha ilusión y al abrirlo no es lo que él esperaba, solo me faltó llorar por el desengaño que sentí.
Pasaron unos años creo que un par de ellos, mientras tanto he realizado algunas disciplinas del tipo espiritual y de otro ámbito como registros akashicos, cristales atlantes, sanación cuántica y algúnas otras.
Un buen día sentí la necesidad de visitar la cueva de nuevo, resultó por casualidad que me apetecía volver, fué un sentimiento que salió espontáneamente desde mi interior y decidí pasar a visitarla otra vez, claro esta vez me preparé con la cámara y un sistema de grabación para hacer alguna psicofonías, había visto el programa de Iker Jiménez de Cuarto Milenio y la envidia de sentir algo más allá de lo normal me hizo aventurarme en este viaje.
Comimos en el restaurante que está en la parte superior de la cueva, este hecho trae consigo el que después de comer te permitan entrar, es como pagar una entrada y lo tienen así establecido. Si comes pasas a la cueva, si no, no. Nos adentramos en la cueva mi pareja y yo, comenzamos a bajar las escaleras que dan paso a la estancia central, una vez allí recorrimos los pasillos que se encuentran a los lados haciendo como una cruz, todo estaba en calma, el silencio inundaba la estancia y una calma espectral se hacía notar, pero sin transcendencia alguna, queda claro que antes de bajar puse la grabadora en marcha por si en algún momento podríamos grabar algo, no sentíamos nada ni nada perturbaba la paz que se respiraba allí, solo se escuchaba el respirar de nuestros pulmones y el leve latido de nuestros corazones impacientes por vivir y sentir algo inesperado. Nada pasó, y así durante 15 minutos recorriendo el lugar de un lado a otro. Yo desesperado por no tener ninguna vivencia que pueda recordar, alcé la voz y de una forma rotunda y autoritaria, dije “Si hay aquí alguna presencia que se manifieste”. En ese momento como si por arte de magia fuera, empezamos a oír pasos por encima de nuestras cabezas, pasos secos y claros acompañado de unos golpes, sentimos como si la garganta se nos cerraba y los pelos de los brazos totalmente erizados, algo estaba paseando por encima de nuestras cabezas. Duró uno rato y de pronto desaparecieron. Pensamos que alguien había respondido a nuestra llamada, y se había manifestado haciendo esos ruidos.
Cuando llegué a casa y vi las imágenes que había tirado con la cámara, y pasando una a una con detenimiento, mis ojos quedaron fijos en una de ellas, pues aparecía el rostro de una persona en la foto, del mismo tipo que las caras de Belmez, mi asombro fue creciendo cada vez que la miraba, no podía ser cierto, me decía yo tengo evidencias de que allí había actividad paranormal y al final yo había sido testigo de verlo. Una experiencia que jamás olvidaré. Algún que otro día, quizás en un futuro próximo vuelva a ir a ver qué es lo que me encuentro de nuevo.
Reconozco que yo soy una persona escéptica a creer en fenómenos paranormales, debe de ser por mi formación científica, pero en esta ocasión estoy mucho más cerca de dar credibilidad a este tipo de fenómenos, no pararé de seguir buscando e investigando en este mundo desconocido, más allá de nuestra realidad, traspasando la frontera de lo real a lo irreal, de lo conocido a lo desconocido, de lo que puede ser a lo que pudiera haber sido.
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http://www.cuevadelaluna.es/la_cueva.htm
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