¿Qué es el alma? Esa pregunta ha estado presente a lo largo de la historia. Normalmente este aspecto de la vida se asocia más a la religión, a la creencia y la fe, alejándose de la parte científica, pero ahora, dos científicos han conseguido demostrar que el alma realmente existe y que esta nunca muere, sino que regresa al universo.
Cuando se oye las palabras alma y espíritu, ¿qué se nos le viene a la mente? Muchas personas creen que estos términos definen algo que los seres humanos llevamos dentro, algo que no muere ni puede verse. Opinan que, cuando fallecemos, esa parte invisible de nosotros se separa del cuerpo y sigue viviendo en algún lugar.
“Platón defendía que el alma humana estaba encarcelada dentro del cuerpo y no iba desencaminado. El error fue creer que sólo se liberaba con la muerte.
El alma es inmortal, pero el espíritu no. … El alma tiene que ver con el aspecto emocional y con la vida misma de las criaturas, mientras que el espíritu es la fuerza que permite que el cuerpo funcione. La función del alma es dar vida al cuerpo y la función del espíritu es dar vida espiritual al alma.
El alma es el ser, el «Yo» que habita en el cuerpo y actúa a través de él. Sin el alma es como una lámpara sin electricidad, una computadora sin el software, un traje espacial sin astronauta en su interior. Con la introducción del alma, el cuerpo adquiere vida, visión y oído, pensamiento y habla, inteligencia y emociones, voluntad y deseo, personalidad e identidad.
Los maestros jasídicos (Judaísmo) hablan de dos almas distintas que vitalizan al ser humano: un «Alma Animal» y un «Alma Divina». La Alma Animal es guiada por la búsqueda de la auto-preservación y auto-realce; en esto se parece al alma y ser de todas las otras creaciones. Pero también poseemos un «Alma Divina» —un alma guiada por el deseo de reconectarse con su Fuente. Nuestras vidas son la historia de la competencia e interacción entre esas dos almas, mientras luchamos por equilibrar y reconciliar nuestras necesidades y deseos físicos con nuestras aspiraciones espirituales, nuestras energías enfocadas hacia nuestro ser con nuestros anhelos altruistas. Esas dos almas, sin embargo, no residen «una junto a la otra» dentro del cuerpo; más bien, el Alma Divina está investida dentro del Alma Animal.
A la conclusión de su período de vida, el alma recupera un estado puramente espiritual, pero los actos Divinos que realizó durante su vida física la han elevado a alturas que ni siquiera había imaginado antes de su descenso. Los buenos actos son como semillas que arraigan en el suelo del mundo físico y crecen y se multiplican, posibilitando más el ascenso del alma.
El alma puede permanecer después de la muerte, según la ciencia.
Stuart Hamerroff, un médico estadounidense, junto a Sir Roger Penrose, un físico británico, han podido desarrollar una teoría cuántica sobre la conciencia, la cual sugiere que nuestras almas están contenidas dentro de unas estructuras conocidas como microtúbulos, en el interior de las células cerebrales. Esta idea se desarrolló gracias al concepto de que nuestro cerebro es una especie de computadora biológica, con más de 100 billones de neuronas funcionando a la vez, las cuales poseen conexiones sinápticas que actúan como redes informanticas.
El doctor relata un ejemplo; si el corazón deja de latir, la sangre dejaría de fluir, los microtúbulos perderían el estado cuántico. Los datos cuánticos en su interior no se perdería, no hay forma de destruirla, simplemente se distribuye o de expande por el universo.
Si por alguna razón la persona resucita, la información cuántica podría volver a los microtúbulos y el paciente diría que tuvo una experiencia cercana a la muerte.
Si la persona llegara a morir, es posible que la información cuántica sobreviva fuera del cuerpo de forma indefinida, tal cual como se describe el alma en muchos relatos.
Ambos científicos, de renombre internacional, se unen a la teoría de la existencia del alma. También el Dr. Rick Strassman afirma que la entrada del alma en el cuerpo humano se produce a través de la glándula pineal.
De comprobarse estas teorías, se habrá descubierto que el alma pervive al cuerpo y que toma su propio camino después de la vida. Mientras tanto, los estudios y las probabilidades continúan siendo estudiados. La existencia del alma y su redescubrimiento puede conducir a la humanidad a una revalorización de lo individual y ayudar a que los seres humanos logremos respetar a todo ser vivo.
Somos nosotros mismos, los que debemos de tener la suficiente Fe para convencernos de que hay algo más allá, aunque de momento nuestra alma animal, no llegue a entenderlo.
“No intentes jamás curar el cuerpo sin antes haber curado el Alma” (Hipócrates)