Todo lo que existe ha sido creado por el Ki. El Ki no tiene principio ni fin; el Ki es vibración., «flujo vital de energía”. Hay que pensar en el qi como un elemento sutil, movible y energético, que circula por todas las cosas, dándole vida y actividad. No puede ser entendido ni analizado por la mente analítica. El Ki es igual a energía, espíritu y mente en una sola sustancia.
Ki es una palabra presente en decenas de culturas orientales: en chino qi , en japonés ki , en coreano gi, en vietnamita khí, en tailandés chī̀ , en sanscrito prana , etc. y es la base de muchas artes marciales como el taichí, aikido, gong fu (kung fu), karate, taekwondo…, y de muchas técnicas energéticas para mejorar la salud y el bienestar, como el reiki, shiatsu, el masaje tailandés, la acupuntura, el qi gong (chi-kung) etc.
Todo organismo vivo tiene su forma particular de asimilar el Chi. Pero tanto los seres humanos, como los animales y las plantas lo absorben por igual gracias al aire que respiran, el agua que beben y la comida que comen.
La filosofía que trasciende este concepto es que el organismo está en integrado al universo en tanto mantiene un intercambio constante con él y todo cambio en este sentido lo afecta. Se debe de utilizar de forma positiva y unifica la mente el cuerpo y espíritu.
Hay que pensar en el qi como un elemento sutil, movible y energético, que circula por todas las cosas, dándole vida y actividad. No puede tocarse ni medirse, es algo inmaterial, pero a la vez esencial para la vida. Las plantas, los animales y humanos, las emociones y la mente, el mundo invisible que nos rodea, etc. todo son manifestaciones de esta energía.
Una vez dentro, el Chi se mueve por todo el cuerpo y lleva a cabo sus múltiples funciones. La más básica de todas estas funciones se basa en lograr el buen funcionamiento y de forma continuada del organismo.
Algunas personas afirman que el ser humano puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, incrementándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en forma concentrada, a través de las artes marciales. También afirman que tiene el poder de curar cierto número de enfermedades a través de la liberación del flujo energético por el cuerpo humano. De aquí vienen muchas de las medicinas alternativas como el reiki, la acupuntura, la digitopuntura y otras.
El ‘KI’ se manifiesta en nuestro organismo a través de nuestras actitudes, la postura corporal y los gestos en tanto es posible adquirir un tono muscular óptimo. No se trata entonces de una concepción intelectualizada apartada de la realidad, sino que pertenece claramente al mundo físico de las sensaciones.
Las personas reciben permanentemente esta energía y es lo que le permite conservar la vitalidad. Pero la vitalidad dependerá siempre del grado de armonía que logre establecer con sigo mismo y con el entorno con el que se relacione.
Desde una perspectiva esotérica, esta energía se manifiesta en forma de una ‘vibración’ que, oscilando en diferentes velocidades interpreta las ondas vibratorias que recibimos a partir de los órganos sensoriales. El pensamiento, también sería una ‘vibración’ de manera tal que cada tipo de pensamiento tiene una frecuencia vibratoria capaz de ejercer una influencia notable en el propio cuerpo. Cuando una persona está alterada (digamos ansiosa, nerviosa o deprimida) las ‘vibraciones’ metales producirían un efecto negativo sobre el organismo, de manera tal que le resulta muy difícil conservar la serenidad y la calma.
El concepto de » fuerza vital» apareció hace más de 5,000 años. En el libro de Nei Ching, escrito hace 4,500 años, se recogen arqueológicas sabidurías en las que ya se habla del Chi. En el Yoga hindú, los textos de más de 4,000 años ya hablan de la energía vital. Hace 2,500 años, Sócrates decía que para la curación de las enfermedades había que mirar tanto al cuerpo como al espíritu de la persona.
El Ki llena todo lo que existe. Cuando alguien es muy activo e irradia salud, se puede estar seguro de que su ki es poderoso. Igual que todo cambia y se encuentra en movimiento en el universo, el ki cambia constantemente siguiendo las mismas leyes. Mientras los seres están vivos, estos reciben un constante influjo de esta energía infinita. Cuando ésta energía fluye libre y sin obstáculos a través de los meridianos (carreteras por las que discurra la energía), todos los órganos y las funciones vitales responden equilibradamente produciéndose un estado de perfección física que llamamos salud. Si el ki fluye lentamente o es interrumpido por algún factor extraño, mala alimentación, accidentes, situaciones adversas medioambientales, stress, etc..), la persona se siente cansada, débil y finalmente caerá en la enfermedad.
Para percibir el KI es preciso concentrarse a fin de sintonizar la frecuencia adecuada, esto es, adoptar una actitud receptiva. Una forma práctica de lograrlo es visualizar al aire que respiramos alimentando nuestro organismo y hacer cociente el proceso ininterrumpido del flujo de recepción-emisión a partir del cual establecemos el intercambio con el universo. La respiración abdominal propicia esta actitud menta de unificación y control del cuerpo y la mente.
Tanto la medicina tradicional china como la acupuntura se basan en el equilibrio y la mejora de Chi, para traer el cuerpo hacia un estado de salud.
En el Tai Chi se aplica este principio básico para optimizar el flujo de energía en el cuerpo, se reduce el uso de la fuerza para hacer el ejercicio, y con ello se reduce el riesgo de provocar una lesión, mientras que se maximizan los beneficios del movimiento consciente y la vida sana.
Casi todos han visto alguna vez el espectáculo de un artista marcial golpeando con su mano una poderosa roca y partiéndola en dos. La mano queda en perfecto estado, siendo en apariencia un resultado fuera de toda lógica. La respuesta que los orientales le dan a este fenómeno es el Chi, o el Qui, un concepto taoísta que viene de mucho tiempo atrás.
No solamente los artistas marciales, sino también los médicos tradicionales chinos trabajan con el Chi. Se le define como un “flujo de energía vital”. Una fuerza de vida que puede concentrarse, liberarse y dejarse fluir, según se quiera. Equivale aproximadamente a lo que en Occidente se llama “la energía”.
Activar el chi
Se trata de hacerte pensar en cómo encontrar tu fuerza espiritual y mental. A partir de esta, podemos gestionar mejor nuestros recursos para tener una vida plena.
El más importante de estos recursos es tu cerebro.
Observo cada mañana como más gente se preocupa por los problemas que todos tenemos, la mayoría son banalidades, si apartáramos algunas cosas innecesarias de nuestro día a día, nuestra capacidad de disfrutar mejoraría exponencialmente.
Como primera medida te diré, si no estamos en paz con nosotros mismos, difícilmente encontraremos un equilibrio en nuestras vidas.
Las formas de darte cuenta de que algo está cambiado dentro de ti son:
- Te sientes fuera de sitio en lugares que antes estabas cómodo.
- Tienes necesidad de conocer gente nueva.
- Te reconforta hacer cosas nuevas, moverte y no estar en un solo sitio.
- Tus sentidos se agudizan.
- Aumenta tu creatividad.
- Te alejas de los conflictos.
- Das amor, sin pedir nada a cambio.
Si has empezado a notar algunas de las cosas que hay en este texto, tu despertar ha llegado, practica el Tai Chi bien en clases o guiado por videos de internet.
Una interpretación del efecto beneficioso de estas técnicas es que, en realidad, lo que hacen es conectar el campo energético individual con las frecuencias de un campo mayor, que bien podría ser lo que algunos científicos llaman Campo de Punto Cero.
Uno de los objetivos del Tai Chi es que aprendamos a distribuir de manera correcta el Chi por nuestro cuerpo. Esto lo podemos hacer practicando nuestras Formas de Tai Chi, pero existen otras maneras para mantener el Chi en funcionamiento.
Desarrollar tu chi a través de la respiración
Ponte cómodo
Respira profundamente
Vacía tu mente
Desarrollar el chi a través del ejercicio físico
Practica tai chi
Trabaja en tu postura
Practica el trabajo con los brazos
Encuentra el tipo de entrenamiento energético que te resulte
más adecuado
Trabajar en la energía y en el nivel mental
Explora el chi kung
Concéntrate en tu energía
Trabaja en la conexión entre cuerpo, mente y alma
Cinco ejercicios para activar tu chi
El círculo: pon las manos en paralelo, con las palmas enfrentadas, a unos 20 cm y con los dedos ligeramente
-
separados. Deja una mano fija y mueve muy despacio la otra en círculos. Prueba luego con la otra mano.
- El reloj: coloca la palma de una mano mirando hacia el techo, con los dedos separados. Sobre ella, a unos 20 cm, sitúa la otra palma y gírala en el sentido de un reloj. Prueba en el otro sentido y con la otra mano.
- El círculo pegajoso: vuelve al círculo, deja una palma fija y haz círculos lentos con la otra. Detén el movimiento y estira hacia fuera 1 o 2 cm, como si tuvieras chicle entre las manos y quisieras despegar una de ellas.
- El chi sobre el cuerpo: una vez que has sentido la energía entre las manos (como un imán), proyecta una palma sobre la cara, haz dos círculos y separa la palma de la cara con lentitud. Notarás que algo de la cara se despega de ella.
- Hazlo a otra persona: haz círculos sobre cualquier zona de su cuerpo. Notarás los límites de su campo energético cuando sientas con las manos una sutilísima oposión a tu mano, varios centímetros por encima de su cuerpo
El Chi en las casas
Imaginárselos como si fueran un cuerpo humano. Las puertas y las ventanas son la boca y los ojos que permiten la correcta entrada del Chi o energía vital, los pasillos y corredores son las venas y las arterias que lo conducen de una habitación a otra, las puertas interiores, las escaleras y los corredores lo bombean a través de la casa, y los muebles, las plantas y demás objetos decorativos lo conducen a través de las habitaciones.
Como condición primordial la energía necesita espacios ordenados y despejados para fluir libremente y en forma controlada. El Chi no se mueve al azar dentro de un inmueble, sino de una manera determinada. El Chi se mueve de una forma muy parecida al aire que circula a nuestro alrededor; su fluir y la dirección que tome depende de los objetos y las formas que encuentre en su camino.
El Chi no lo podemos detener, pero sí conducir. En el caso de pasillos muy largos, se generan líneas rectas, donde la energía fluye rápido y precipitadamente. Esto hace que haya mucha tensión y desequilibrio en el espacio. Las alineaciones de puertas y ventanas en un pasillo son muy perjudiciales, porque el Chi va muy rápido de una parte a otra y no sólo forma una flecha que afecta a la salud de los residentes, sino que también a las relaciones familiares. Ya que el Chi va muy rápido, aleja las posibilidades de obtener dinero y nuevas oportunidades.
Las líneas de aceleración de Chi dispersan la vitalidad de los ambientes impidiendo que se energicen adecuadamente las habitaciones y que haya una nutrición equilibrada en general en la casa. Para solucionar esto es necesario colocar elementos decorativos como plantas, jarrones, cuadros, mesas y sillas si el espacio lo permite, en orden de ir canalizando y guiando la energía de una forma más lenta y ordenada, ya que cada elemento ayuda a normalizar el flujo de energía.
Es vital detectar los flujos de Chi, en orden a organizar bien los espacios a modo de hacer que la energía se mueva de forma suave y uniforme para que ayude a la relajación, a la armonía y al bienestar en general.
Accesos Directos a Paginas relacionadas con estos Temas:
https://www.rincondeldo.com/que-es-el-ki/
https://ki.idoneos.com/342902/
https://www.magiasiatica.com/energia-qi/
https://www.psicoactiva.com/blog/que-es-el-chi/
https://lamenteesmaravillosa.com/el-chi-una-dimension-fascinante-de-los-orientales/
https://www.guioteca.com/feng-shui/%C2%BFque-es-el-chi-y-como-canalizarlo-en-nuestras-casas/
https://es.wikihow.com/desarrollar-tu-chi
https://socialbytes.es/activa-tu-chi/