Hay muchas personas que no creen en hechizos, no creen en la magia. Esas personas creen en el mundo material y no piensan que puede haber un mundo inmaterial y que puedan existir formas de manipular ese mundo inmaterial.
Hay una vieja teoría que está apoyada en un visión antigua del Universo que considera que los cuerpos no tienen nada que ver con la energía, sino que son sólo un cúmulo de materia, y que esa materia es, de alguna manera, materia estática.
Sin embargo las nuevas teorías que incluyen la física cuántica, explican que el Universo es energía y que la materia es un grupo de moléculas que vibran a determinada frecuencia. Esa frecuencia es lo que hace que un objeto sea más duro, o más blando que otro.
Quiere decir que hay una nueva visión del Universo que considera que la materia es energía y que por lo tanto esa energía es manipulable. Es decir, podemos efectuar un cambio de la materia por medio de la manipulación energética.
Si hablamos aquí de la energía y de la constitución del cuerpo del ser humano es porque los hechizos son manipulaciones energéticas que afectan directamente al entorno y también a las relaciones que las personas tienen con su entorno a partir de sus cuerpos energéticos.
Dada esta aplicación podemos observar que la hechicería es un arte complejo, que implica la correcta manipulación de las energías para lograr un objetivo.
Los límites para los hechizos no existen, hay hechizos que son clásicos y antiguos y que han comprobado su efectividad. Pero también podemos crear nuevos hechizos si comprendemos cómo se efectúa la correcta manipulación energética.
La manipulación energética es correcta cuando se siguen los pasos adecuados que tienen que ver con: el tipo de energía que ponemos en funcionamiento a partir de nuestra mentalización, el tipo de energía material que utilizamos, en este caso una vela con su llama, está relacionada con otros factores que podrían ser tenidos en cuenta de acuerdo al hechizo que realicemos.
El hechizo incluye mentalizaciones que mueven energías, en el cuerpo físico de la persona que realiza el hechizo, proyectando esa fuerza hacia el objetivo sumando otros muchos factores que hacen que un hechizo pueda ser efectivo.
El hechizo puede ser efectivo o no, dependiendo de la experiencia que la persona tenga en la manipulación de la energética. Esta experiencia se adquiere con el tiempo, pero también se debe tener una correcta educación como en cualquier arte.
La capacidad de un hechicero para realizar un correcto hechizo está relacionada con el entendimiento cabal del manejo de las energías.
Aprender sobre este manejo no es algo que responde exclusivamente a la manipulación energética en los hechizos, sino que la persona debe vivir, entender y diferenciar los diferentes aspectos de la energía que circula en el mundo.
Hay diferentes modos o formas de poder sobre seres, animales o plantas, las más importantes son:
Rituales.
Un ritual es una invitación periódica por un grupo o sociedad para reunirse en torno a un evento de naturaleza espiritual o psicológica. Están realizadas por una serie de acciones principalmente por su valor simbólico. Están basadas en alguna creencia, ya sea una religión o una ideología.
El ritual se puede definir también como una serie de acciones, símbolos o tradiciones que se suelen realizar con el fin de atraer buena suerte y alejar o limpiar algún objeto de energías negativas.
Suele ser una ceremonia pagana o cristiana donde se dan ofrendas a los dioses o se adora cualquier objeto que representa algún Dios.
El ritual por lo general se desarrolla en forma colaborativa, es decir, de él participan varias personas o miembros de una secta o comunidad específica (aunque no siempre).
Hechizos.
El hechizo es un acto mágico que pretende producir efectos sobre la realidad mediante procedimientos sobrenaturales, como el uso de conjuros.
El hechizo se diferencia del ritual tanto por su carácter mágico como por su intencionalidad. Esto quiere decir que se puede utilizar un hechizo con la intención de obtener el mismo objetivo que con un ritual, pero el hechizo muchas veces pretende ir un poco más lejos.
Es básicamente el medio empleado para efectuar algún tipo de cambio, para realizar alguna acción mágica, para embrujar a alguien o algo, para influir en un curso particular de eventos o para inyectar magia en remedios curativos u objetos.
En general, se suelen considerar los hechizos como acciones egoístas que se hacen para conseguir beneficios propios.
Conjuros.
Un conjuro es una fórmula mágica con la que se pretende realizar diversos actos mágicos, principalmente el de hacer un hechizo, invocar una divinidad o una fuerza sobrenatural para pedir su intervención, o el de exorcizar o ahuyentar el mal.
Podríamos decir que es una invocación que se hace bajo la emanación lumínica de un Ser Superior para que un inferior cumpla el mandato. Este conjuro tiene un gran poder y debemos tener mucho respeto y prestar muchísima atención sobre qué y a quién conjuramos, porque las consecuencias de un conjuro mal hecho pueden ser nefastas.
Un conjuro puede estar dirigido sobre uno mismo, es decir la persona que realiza el conjuro es también la receptora de sus efectos, o sobre otros, pero según su orientación se pueden clasificar en «bendiciones», si son conjuros positivos, o «maldiciones» si sus intenciones son malévolas.
Se realizan a través de una invocación, que es donde se le pide, suplica o exige a una entidad sobrenatural o deidad la cooperación de sus fuerzas, ya que estas serán las encargadas de concretar y materializar los efectos del hechizo.
También sirven para alejar a los demonios o a los espíritus malignos.
El conjuro más conocido popularmente seria el “Abrakadabra”, considerada por algunos como la frase que más se pronuncia universalmente en otros lenguajes, sin necesidad de ser traducida.
Amarres.
Son hechizos que sirven para retener o controlar a una persona, para que esta que haga su voluntad, también sirven para como la palabra indica amarrar o sujetar un estado provocado. Ej. Afianzar una relación amorosa estable, controlar la intromisión de terceras personas, mantener el equilibrio en una pareja, evitar que tu pareja te abandone, recuperar a tu pareja.
Hoy en día es muy común escuchar hablar sobre los rituales de amarre, aunque muchos no tienen claro el significado de estos conjuros. Normalmente estos trabajos espirituales se realizan para retener, recuperar o conseguir el amor de alguien. Sin embargo, son rituales muy poderosos que si buscan retener a una persona obligada solo causarán dolor y sufrimiento, ya que controlar las emociones y los sentimientos harán disminuir las energías.
Desarrollar un amarre es bastante delicado, hay que asegurarse que la persona al hacerle el amarre sienta amor por quien solicita el hechizo, sino podría haber un doblegamiento de la voluntad y una dominación sobre el alma que irá en contra de su libre albedrío.
Sortilegios.
Un sortilegio es un ritual adivinatorio que se lleva a cabo a través de un acto de características mágicas.
Para desarrollar un sortilegio, por lo tanto, un adivino se encarga de interpretar ciertos signos que, supuestamente, tienen lugar antes de un acontecimiento.
En base a su definición, se puede deducir que son una especie de prácticas mágicas que consiste en la lectura e interpretación de ciertos elementos que permiten adivinar o tener conocimiento de eventos futuros. Por ejemplo: lectura de dados, trozos de madera, entrañas de ciertos animales, la borra que deja el café, etc.
Actualmente, el sortilegio se interpreta como sinónimo de hechizo, encantamiento, embrujo, hechicería, siendo términos mal empleados ya que estas utilizan fuerzas sobrenaturales, para tratar o trabajar por la efectividad de un resultado. Mientras que el proceso de la adivinación o sortilegio como se solía decir antiguamente, es lo que se conoce hoy por hoy como videncia o iluminación.
En la época moderna y contemporánea, el término sortilegio se ha convertido generalmente en sinónimo de hechizo, mientras que para la adivinación en sus distintas formas se ha adoptado el término videncia.
Bendiciones.
La palabra “Bendición”, viene del latín clásico del verbo “benedicere” que significa “hablar bien” de una persona o cosa, alabar, enaltecer, y en sí la benevolencia al desear a otro salud, vida, felicidad y fortuna. Bendecir significa desear y querer el bien ilimitado para los demás y los sucesos en su vida. Es una forma de denominar la acción de alabar, ensalzar o engrandecer, de consagrar algo al culto divino o de invocar la bendición divina a favor de algo o de alguien.
Algunos ejemplos donde aparece el concepto son: “Voy a pedirle la bendición al padre Miguel para la nueva casa”, “Hija, tienes mi bendición para casarte con Darío”, “El obispo se encargó de dar la bendición al avión que partirá con ayuda humanitaria rumbo a África”.
Una bendición puede expresarse de múltiples maneras, sin que haya una mención explícita al acto de bendecir. La frase “Que Dios te guarde” también supone una bendición.
El significado bíblico de Bendición, nos dice que también suele referirse cuando hablamos bien de otras personas o cosas. En muchas celebraciones se suele bendecir a personas, cosas y animales dándoles como una especie de protección. Bendecir es pues otorgar o ya tener una serie de beneficios de protección y sabiduría que hacen que esa persona o cosa tengan un buen fin. La bendición, también es una manera de dar las gracias y ser agradecido con lo que tenemos. Suele ser un hechizo positivo
Embrujos.
Acción de someter la voluntad de alguien o de modificar el destino mediante el uso de brebajes, remedios mágicos, fórmulas y acciones de hechicería. Brujería que se ejerce sobre una persona, generalmente en su perjuicio. Brujería que se ejerce sobre una persona, generalmente en su perjuicio.
El embrujamiento es “algo” que nos ha hecho “alguien” para conseguir algún objetivo, decir alegremente que puede ser para bien o para mal considero que es muy atrevido, pues siempre hay un beneficiado y un menos beneficiado o perjudicado.
La diferencia de un hechizo con un embrujo, es que la brujería requiere siempre un ritual mágico de ofrenda y la participación activa de una divinidad o una fuerza sobrenatural a través de un conjuro o evocación para pedir su intervención. También, para conseguir que las palabras hechizantes lleguen a la victima de forma indirecta, se amplia con un ritual de brujería (embrujo). No confundir pues, hechizo con embrujo, ambos son parecidos, pero para el embrujo hacen falta poderes sobrenaturales adquiridos y ayuda de entes sobrenaturales.
Encantamientos.
Un encantamiento es un conjuro o hechizo creado con palabras. El mago pronuncia determinadas palabras mágicas que le ayudan a transgredir el comportamiento natural de las cosas o la voluntad de las personas. Un encantamiento puede tener lugar durante un ritual, ya sea en un himno o una plegaria y puede invocar o alabar a una deidad.
Un encantamiento o un sortilegio son el resultado de un conjuro creado con palabras. El mago pronuncia, proyecta, lanza, conjura determinadas palabras de poder que le ayudan a transgredir el comportamiento natural de las cosas o la voluntad de las personas.
El encantamiento se une, de manera relativamente permanente, a una persona, un objeto o una ubicación específica y altera sus cualidades, generalmente de manera positiva.
Maldiciones.
Lo escuchamos con frecuencia. Alguien nos dice “no puedo tener hijos, creo que tengo una maldición”, “la maldición me persigue no consigo tener dinero, ni amor, ni trabajo”. Otros recuerdan aquella gitana en una plaza del pueblo que maldijo a unos maleducados que la estaban insultando y luego tuvieron un accidente.
La maldición como tal según el diccionario, es «una imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño.»
Una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varias personas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, logra que ese deseo se cumpla.
La mente es muy poderosa y si una persona sugestionable escucha una maldición empieza a pensar en ella y acumula esa forma de energía dentro de su Ser interno. Otras veces la maldición es lo que suele llamarse “la voz de la conciencia”. Una mala persona que hizo un daño a otra que a su vez le maldijo fuertemente. Su conciencia empieza a torturarla por lo que hizo y a partir de entonces cualquier cosa casual que le suceda, un accidente, una caída un problema se lo atribuye a esa maldición aumentando con eso su sugestión y su miedo.
La mejor protección que existe contra una maldición es educarnos, eliminar de nuestra vida las supersticiones, los miedos, las ideas oscurantistas que no tienen que ver nada con la realidad, practicar el bien y no desear mal a nadie. Si alguien piensa que le va a suceder algo malo pues se va programando para eso, y si encima de eso cree que está maldito, hechizado o bajo un embrujo o maldición, entonces cualquier desgracia que le ocurra lo atribuirá a esa situación.
Invocaciones.
La palabra invocación en términos generales significa una llamada, una petición, la cual puede variar dependiendo del contexto en donde sea aplicada. Por ejemplo es común que sea empleada en el ámbito religioso, en donde se define como un método mágico o místico, en donde la persona reclama la presencia de un ser que no está en este mundo, por ejemplo se invocan a los ángeles para la protección de la familia. La invocación también sirve para llamar a espíritus o entes demoníacos.
Por ejemplo, y para comenzar a esclarecer un poco de qué se trata este término, pensemos en un famoso juego, que se llama “juego de la Ouija”, donde se busca precisamente invocar espíritus para que respondan preguntas mediante afirmación (“si”) o negación (“no”) que queremos realizarles. Esta invocación es entonces un llamado a un ser que en este caso es sobrenatural, porque no tiene existencia física y humana en ese momento y en ese lugar, y nos dirigimos a él para un fin determinado.
Maleficio.
Se refiere a un perjuicio, daño o una acción consciente o inconsciente a causa de alguna técnica, arte o habilidad de hechicería o algún método supersticioso. Dicho de otro modo la capacidad de una persona de realizar un mal sobre otra, en base a metodologías mágicas.
Según la Iglesia católica, “todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios”.
Podemos decir que el maleficio surte un efecto, entre otras razones, por autosugestión. Si uno cree en la posibilidad de un maleficio, es muy posible que le termine ocurriendo algo. O para decirlo de otra manera: todo lo malo que nos pasa a todos, todos los días, si creemos en el maleficio, se lo adjudicaremos a él.
Si una persona cree que han ejercido sobre ella un maleficio, aumentará su tensión nerviosa, manteniendo una situación de alerta constante, lo que repercutirá en una secreción mayor de lo habitual de adrenalina y un aceleración del ritmo cardiorrespiratorio, contracciones musculares, gastritis, insomnio, angustia, ansiedad y demás disfunciones, que pueden llegar a provocar cuadros clínicos serios.
Mal de ojo.
El mal de ojo es un fenómeno en el que se produce cuando una persona “mira mal” a otra, produciendo un daño muy variable. Esto sucede debido al hecho de que el “agresor” posee fuertes sentimientos negativos en contra de la misma, ya sean envidias, rencores y demás.
Su nombre, “mal de ojo”, viene del hecho de que efectivamente, suele ser ejecutado casi siempre de forma inconsciente por la mirada de las personas.
Este no debe de confundirse con otras manifestaciones mágicas supersticiosas, como los hechizos, el vudú o las maldiciones, los cuales son rituales pensados, estudiados y creados para conseguir efectos de maldición y de mal sobre los demás, sino que el mal de ojo es una causa natural del poder mental inherente en cualquier persona.
El mal de ojo puede causar un daño del más variado y esto se debe a distintos factores. Veamos algunos de los importantes:
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la debilidad o la fuerza de la persona afectada.
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los conocimientos de la misma sobre su existencia, sus creencias y su psicología personal.
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la debilidad o la fuerza de la persona agresora.
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el tiempo durante el cual el mal de ojo esta activo.
Conclusión:
Mi recomendación y como idea básica en todas estas acciones es enfocar la energía vital positiva hacia los propósitos que se han marcado, utilizando invocaciones a las fuerzas, divinidades o entidades que sabemos nos pueden ayudar a conseguir lo que deseamos, tener en cuenta que siempre hay que utilizar la magia blanca y por supuesto sin hacer daño a nadie, de esta manera puedes conseguir todo lo que te propongas con ellos, siempre que tengas fe en ti y en lo que estás haciendo.
Accesos Directos a Paginas relacionadas con estos Temas:
https://labrujeriablanca.com/hechizos-que-son-y-como-funcionan/
http://www.tarotistas.com/secciones/rituales/Diferencia_conjuro_ritual
http://mundossutiles.com/el-embrujamiento-2/
https://santuariodelalba.wordpress.com/2017/07/21/hechizo-embrujo-y-encantamiento/
https://www.univision.com/estilo-de-vida/horoscopos/existen-las-maldiciones-como-protegerte