Suponed que tengáis dos diapasones absolutamente idénticos; si hacéis vibrar uno, observaréis que el otro también vibra sin que ni siquiera lo hayáis tocado. Decimos que hay resonancia. Todo el mundo conoce este fenómeno, pero no intentamos profundizar ni comprendemos que lo mismo ocurre exactamente entre el ser y el cosmo. Si el hombre consigue afinar su estado físico y psíquico con las vibraciones del universo, podrá alcanzar los poderes celestes e intercambiar energía con ellos, recibiendo así ayuda y consuelo; es una manera de comunicarse. Habláis y os escuchan; e incluso podéis atraer ciertas fuerzas hacia vosotros y beneficiaros. Entabláis intercambios con todas las regiones del universo que deseáis, sabiendo que precisamente a través de ese intercambio el ser superior ha dispuesto las más grandes posibilidades de perfeccionamiento para el hombre.»
La afinidad es la expresión de esa energía poderosa, que hace que las personas nos encontremos, compartamos y generemos nuevas realidades, que por separados difícilmente podrían concretarse. Es el milagro de coincidir, de ensamblar sin forzar, de fluir, de entender y ser entendidos sin necesidad de explicar. Es la extraña resonancia y familiaridad que gravita sobre nuevos encuentros y nuevos vínculos.
La ley de afinidad nos enseña que, puesto que cada vibración tiende a encontrar otra vibración parecida a ella para fusionarse con ella, todas las criaturas por su vibración, su longitud de onda determinada, entran en contacto con otros seres, otras entidades y otras fuerzas en el cosmos que poseen la misma longitud de onda, las mismas vibraciones. Así, por sus pensamientos, sus sentimientos, sus actos, el hombre entra en afinidad con regiones, entidades que vibran en la misma longitud de onda, y por la fuerza de la atracción, deben tarde o temprano encontrarse. Seáis o no conscientes de ello, sois atraídos y absorbidos por la región con la cual estáis en resonancia.
Supongamos que estéis angustiados, triste, que nada os vaya bien. Qué hacer? Pues en vez de quedaros ahí llorando o sin saber qué hacer, por qué no os acercáis a los seres que puedan ayudaros. Diréis: «Dónde están? Dónde encontrarlos?» Pues están aquí, cerca de vosotros; podéis acercaros a ellos y alcanzarlos mediante el pensamiento, gracias a la Ley Acústica de Resonancia, que yo llamo a menudo la Ley de Simpatía o Afinidad. Desde el momento en el conocáis esta Ley, os veréis obligados a superaros para hacer vibrar las cuerdas más sensibles, más sutiles de vuestro ser, sabiendo que hay fuerzas, entidades y regiones que os responderán.
Tanto si hacéis bien como si hacéis mal, este volverá un día inevitablemente a vosotros. Cada sentimiento que tenéis es de una naturaleza determinada, y despierta en el espacio fuerzas de la misma naturaleza que se dirigen hacia vosotros en virtud de la Ley de Afinidad. Gracias a esta Ley podemos tomar de las arcas del Universo todos los elementos que deseamos con la condición de proyectar pensamientos y sentimientos de la misma naturaleza. Vuestros pensamientos y sentimientos determinan verdaderamente la naturaleza de los elementos y fuerzas que aparecen muy lejos, en algún lugar del espacio, y tarde o temprano, vuelveran hasta nosotros.»
Si se toca la nota de un piano, y cerca hay otro piano, este último repetirá la misma nota del primero. Esto se debe a la “Ley de Afinidad Vibratoria”.
Es por esta misma Ley que solemos atraer a nuestra vida a personas y acontecimientos en nuestra misma vibración.
Una persona alegre y optimista vera en su vida como personas y sucesos alegres y felices se repiten día a día ante ella. Contrariamente una persona en una vibración negativa, por ejemplo una persona con alguna adicción, se vera rodeada de personas que compartan esta misma adicción y de hechos que la lleven a verse rodeada de este mismo suceso una y otra vez, a menos que decida cambiar su frecuencia.
Esto es debido a que, como la nota del piano se repite en el segundo piano, lo que nosotros lanzamos a nuestro exterior, es lo que el exterior regresa a nosotros, si lanzamos una nota positiva, este tocara una positiva para nosotros.
Es por esto si estas sumergido en un círculo interminable de sucesos o personas que comparten una misma vibración de la cual te quieres apartar, debes comenzar por afinar tus propias cuerdas. Si queremos lanzar un “mi” al mundo para verlo reflejado en nuestro exterior tenemos que afinar en nosotros ese “mi”, pues mientras estemos lanzando un “re” recibiremos un “re” en respuesta, este nunca podrá ser el “mi” que buscamos. Si el primer piano toca “mi”, el segundo repetirá “mi”.
Los cambios empiezan desde nuestro interior, eres el responsable de tu vida…tu eres el compositor y músico de esta sinfonía!
Los ocultistas experimentados en este tema, reconocen esta situación y según ese conocimiento, pueden invocar o poner en movimiento a las diferentes fuerzas espirituales, según la intención que estos tengan, hay un axioma Herético que dice: lo bueno atrae a lo bueno y lo malo atrae a lo malo.
Ahora bien, si volcamos nuestra atención en nuestro mundo, esta “ley de Afinidades” a la cual también se la conoce como “Simpatías” se manifiesta de diferentes maneras en nuestro mundo y según la interacción que nosotros tenemos con las demás personas, sentimos sus efectos, que en algunos casos puede ser de atracción o de repulsión.
A quién no le ha pasado que sin conocer a una persona, nos sentimos atraídos casi de inmediato a esta y no necesariamente esta atracción tiene que ser física, ni sexual, sino de amistad, de entendimiento, de estudio, etc.
Ley mecánica de la naturaleza que reune inconscientemente al ser humano a buscar o relacionarse con personas de aspectos o rasgos psicológicos semejantes de acuerdo a su nivel del Ser. Un hombre podría pasar a un Nivel del Ser más elevado si, ya consciente de este trabajo, se propusiera eliminar sus defectos inhumanos, eliminar sus errores psicológicos.
Mas, incuestionablemente, al empezar a eliminarlos quedaría «fuera de onda» con respecto a aquellos con quienes convive, pero por LEY DE AFINIDADES se pondría en contacto con gentes de otro Nivel del Ser diferente, entraría en relación con otra clase de seres humanos, y ellos le brindarían otras oportunidades y entonces abandonaría la «cochera»; y pasaría a vivir mejor Así el pobre, cambiando de Nivel del Ser, puede dejar de ser miserable y entrar en una situación económica mejor.
Algunos hemos tenido la suerte de ser sorprendidos por la fuerza transformadora de la afinidad, en el lugar menos pensado, con la gente o actividad más insospechada y la recompensa siempre termina siendo una nueva realidad superadora, donde el escenario anterior a ese encuentro, queda bajo una nueva luz, donde todo parece más valioso y prometedor.
Es por eso que en las relaciones con química o afinidad interpersonal, se conjugan o compatibilizan tres elementos:
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Atención mutua.
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Sentimientos positivos compartidos.
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Lenguaje corporal coordinado.
La atención mutua compartida es fundamental, debido a que se genera un sentimiento o relación de interés mutuo, un enfoque conjunto, que actúa como un aglutinador de las percepciones entre las personas, impulsando sentimientos y emociones compartidas. Un indicador de afinidad o química interpersonal, es la empatía.
Los buenos sentimientos transmitidos a través del lenguaje corporal (tono de la voz, expresiones faciales, gestos corporales, etc.) tienden a construir el sentido positivo, siendo esenciales para lograr la afinidad interpersonal y social.
El tercer elemento clave en el universo de la química o afinidad interpersonal, es la sincronía o coordinación del lenguaje corporal, (tono de la voz, ritmo de la conversación, contacto visual, gestos, etc.). La sincronía inconsciente entre dos personas o individuos en un proceso interactivo, genera mucha positividad durante el mismo.
Por más que nos esforcemos, esa sintonía fina que se establece entre dos almas, no puede forzarse, no se fabrica ni se compra. Se da por generación espontánea y el misterio que encierra su propia esencia, es lo que la torna sumamente atractiva y deseada. Hace las veces de un proceso de selección natural y es lo que determina de qué manera vamos creando nuestro universo más próximo y más lejano.
¿ Cómo actúa la ley de Vibración y Afinidad?
La energía, de la clase que sea, supone una vibración aunque sea considerada a nivel molecular, así como los cuerpos sólidos o en otro estado de condensación, pues todo en el universo es energía, y por tanto desde los cuerpos sólidos hasta las energías mentales y otras más sutíles, están en un estado de vibración continuos .Como todo en la Naturaleza, este océano inmenso de vibraciones y energías que son vibración, está regulado por una ley natural llamada Ley de Vibración. Esta Ley rige la manifestación y el efecto de las energías irradiadas por todo cuanto existe en el Universo.
Vemos como toda la materia está constituida por átomos que a su vez contienen partículas de energía que permanecen en un movimiento giratorio constante, alrededor de un núcleo, como los planetas lo hacen también al rededor de los astros : estas partículas de la energía que circunvalan a los átomos, son los protónes, electrones y neutrónes. En su veloz movimiento vibratorio, dichas partículas provocan una vibración constante, imperceptible para nuestros sentidos, pero que parte desde lo más íntimo de la materia: esto constituye todo un microcosmos atómico.
Por esta ley cósmica, a modo semejante a como lo hacen las ondas hertzianas, todo vibra en diversos grados o bandas de frecuencia, desde la energía del átomo material hasta la energía psíquica de la mente y esta vibración de ondas se expanden buscando el objetivo al que se dirigen o hacia el que son atraídas porque sintonizan por afinidad y le afectan positiva o negativamente, regresando después al punto de partida con sus mismos efectos de salida. El Espíritu humano vibra en la persona y se manifiesta a través de su actividad cerebral- la mente humana- y lo hace creando bandas de frecuencia diferentes entre sí en amplitud y longitud de onda, según la clase de pensamientos y de sentimientos que generan y transmiten. Todo pensamiento y sentimiento vibra a través de todas las células del organismo, a las que transmite la misma tónica vibratoria y por eso les afecta para bien o para mal . Es por ello que esta clase de vibración puede llegar a afectar también al propio cuerpo físico tal y como se comprueba en el caso de las enfermedades psicosomáticas, úlceras de estómago, mareos, taquicardias, sudoraciones y hasta infartos de corazón a causa de emociones fuertes.
También pueden actuar como una energía psicocinética sobre otros elementos materiales sobre los que actúan, llegando a ocasionar alteraciones físicas, o también sobre otros seres a los que puede afectar en sentido positivo o negativo, según que la energía generada y transmitida desde la mente sea positiva o negativa , pero es de tener muy en cuenta que estas ondas generadas por el pensamiento o por los sentimientos, como ya señalamos antes, siempre regresan al punto de partida como un boomerang, después de alcanzar su objetivo. Es por ello que siempre se recoge aquello mismo que antes hemos sembrado.
Hablamos de energías positivas o negativas, ¿pero cual es la diferencia que las convierte en un signo o en su contrario?. La gran diferencia está en la clase de sentimientos: cuando son de Amor y de buenos deseos e intenciones, son energías benéficas, pero cuando es el rencor , el odio o la envidia las que las acompañan, entonces resultan negativas por su carácter deletéreo, y dañando antes o después al Ser que las generó.
La Ley de Afinidad determina que una vibración psíquica del carácter que sea, siempre atrae a otra u otras vibraciones semejantes o afines con las que sintoniza ; por esa razón también se la conoce como Ley de Sintonía.
Mediante estas dos leyes que regulan la atracción o el rechazo por igualdad o diferencia de sintonía vibratoria, los humanos nos atraemos y agrupamos en diversos niveles evolutivos que marcan la sintonización y armonía dentro de los grupos, y así , la humanidad en general, va avanzando a través de los tiempos, de grado en grado , mas o menos lentamente, al tiempo que impiden el mecanismo de una involución o de un estancamiento evolutivo indefinido..
Estas dos leyes que conforman una realidad universal, vienen a ser algo así como el engranaje que hace funcionar a todas las demás leyes Universales.
– Jose Luis Martín-
“No cedas jamás a la tristeza ni a la depresión. La depresión es reprobable porque contagia a los demás y les dificulta más su vida, cosa que no tienes derecho a hacer. Por eso, si alguna vez te invade, desechala enseguida”
-Krishnamurti-
Accesos Directos a Paginas relacionadas con estos Temas:
http://asifuecomoencontreamia.blogspot.com.es/2014/03/la-fuerza-de-la-afinidad.html
http://inquietudesespiritas.blogspot.com.es/2012/08/ley-de-vibracion-y-de-afinidad.html
http://www.esenciadelser.com/2008/08/ley-de-afinidad-vibratoria.html
http://www.vopus.org/es/diccionarios/diccionario-gnostico/ley-de-afinidades-psicologicas.html
http://reencuentrodealmas.blogspot.com.es/2012/10/la-ley-de-la-afinidad.html
https://espadadeluzentuhonor.wordpress.com/2013/07/16/la-ley-de-afinidad/
https://soyespiritual.com/arcangeles/san-shamuel-arcangel/la-ley-de-la-afinidad.html
https://abundanciainfinita.com/abundancia/la-ley-de-afinidad/