La educación es el camino que va  de la oscuridad a la luz

                                                                                   Allan Bloom..

La luz y las sombra

Como bien sabemos no existe el día sin la noche y el sol sin la luna ya que en el mismo día se pasa de tener una parte de luz y otra de oscuridad y para que el equilibrio natural del ecosistema fluya de manera correcta las dos partes son imprescindibles.

Alo largo de nuestra vida, desde nuestra tierna infancia, nos vemos obligados a elegir y de esta manera vamos forjando nuestra personalidad, nuestro ego propio. Por ejemplo cuando a un niño se le dicen cosas como “los hombres no lloran, debes ser valiente” asume como propia esa idea y desdeña toda sensibilidad y debilidad, de manera que establece una base normativa de cómo regir su vida en función de lo que ES o quiere ser.

Cada vez que decimos “yo soy esto” debido al mundo dual en que nos movemos, estamos afirmando un “yo no soy aquello” y todas esas negaciones son aparcadas y arrinconadas en un saco, el cual llamaremos “sombra”.

Debido a que en la sombra ponemos todo aquello que no queremos ser, en la sombra está todo lo que consideramos negativo, malo, hasta diabólico. Cuanto más queremos alejar algo, mas en ese saco llamado sombra, lo enterramos. Y para sellar ese saco de manera que nunca pueda su contenido manchar a nuestro ego le damos el carácter normativo de “malo”. De manera que en la sombra reside todo lo que no queremos ser y todo lo que vemos que puede haber de malvado en nosotros.

La diferencia entre la oscuridad y la Luz radica sólo en la actitud que tengamos y en los hechos que hacemos, dentro de nosotros hay una batalla constante dentro de nuestra mente. Muchas veces nos sabemos valorar las decisiones que tomamos para con nosotros mismos o para los demás, la diferencia entre luz y sombra viene dada por nuestras vivencias, por la educación que nos han dado, el lugar donde hemos nacido e incluso yo me atrevería a decir de las vivencias de otras vidas pasadas. Elegir lo bueno o lo malo, la luz o la oscuridad solo depende de nosotros y eso nos hará ser las personas que seremos en el futuro, equivocarse es natural, errar es de humanos, lo bueno es aprender de la sombra y caminar a la luz.

Todos vivimos y cargamos con una parte oscura en la que escondemos lo que consideramos sobre nosotros y la vida. Atrevernos a contemplar de frente esa sombra y valorar lo positivo que contiene nos permitirá crecer como personas. Así podremos aprender a vivir de una forma más plena, creativa y auténticamente libre.
Nuestra vida se compone de luces y sombras, dos opuestos que no podrían vivir el uno sin el otro; como la vida y la muerte; la alegría y el dolor; la riqueza y la pobreza; la belleza y la fealdad; la salud y la enfermedad.Cada uno de nosotros podemos decidir cuál de los dos potenciar, sin embargo, cuando perdemos el equilibrio nuestra balanza se desajusta y uno de estos opuestos pesa más que el otro, normalmente el negativo, haciendo que nos colapsemos y seamos incapaces de seguir adelante. No hay una sola persona que no haya pasado por un momento de sombra a lo largo de su vida, incluso aquellas que pensamos que llevan una vida de éxito. Sin embargo, es en la adversidad cuando más crecemos y nos hacemos más fuertes.

Incluso a las personas que consideramos más sabias e iluminadas, que nos parecen increíbles y maravillosos tienen la dualidad, que podemos también llamar luz y sombra, yin y yang, masculino y femenino, consciente-inconsciente.

Hay una historia que dice así:

Un filósofo llevó a sus discípulos a una habitación oscura.
-¿Qué ven? -les preguntó.
-Nada, maestro -le respondieron. – La oscuridad es absoluta y no nos deja ver.
El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz.
-¿Qué ven ahora? -les preguntó otra vez.
-Nada, tampoco -dijeron los discípulos. -Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver.
-Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros. ¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver, y estará solo! Y ¡ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá! Así dijo el sabio.
Y concluyó:
-Estamos hechos de sombras. ¿Dónde mejor que en nosotros puede brillar la luz?

Las luces y sombras son las dos caras de una misma moneda y aunque la lances al aire y no sepas cuál te va a salir, lo importante es que estés preparado para vivir cualquiera de las dos circunstancias porque ambas, las luces y sombras, lo positivo y lo negativo, son necesarios para seguir creciendo y para que encuentres tu propio camino en la vida.

Luces y sombras habitan en nuestro interior. Forman parte de lo que somos, de lo que no queremos ser y de lo que puede que seamos. Son la lucha entre lo que reconocemos, lo que evitamos, lo que admitimos y lo que ignoramos o no queremos ver. Y en este pequeño, pero costoso equilibrio, tratamos de pasar nuestros días sin que ninguna de las partes domine nuestra vida.

Cuando la verdad nos dice que el equilibrio entre lo que conocemos y lo que no admitimos es difícil de lograr. Para poder vivir con nosotros mismos tenemos quetomar una buena dosis de aceptación de la realidad: estamos hechos de luces y de sombras y por eso mismo habrá partes de nosotros que no querremos aceptar. Es cierto, que este lado oscuro, que tenemos todos está bien escondido no lo sacamos por miedo a ser juzgados y rechazados,ese lado existe y negarlo solo lleva a mentirnos a nosotros mismos.
Somos una incógnita para nosotros mismos ya que estamos hechos de una parte consciente, que actúa, piensa y siente con conocimiento de lo que hace y una parte inconsciente, que actúa piensa y siente de forma involuntaria, es un conjunto de procesos mentales, que no percibimos a nivel consciente, y aflora en determinadas situaciones e influye en nuestra manera de actuar o en nuestro carácter.
Todo en este mundo está plagado de Luz y Sombras, y es tarea de cada uno dilucidar y aprender. Las caídas son para levantarse y darse cuenta de lo que no debe volver a suceder. Si nunca se tropezase, jamás se sabría lo que es una «caída» y la lección no se aprende. Este es el mundo en donde todo eso se da y hay que vivirlo hondamente para aprender de ello.

 

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