Un egregor es producido por una poderosa corriente de pensamiento colectivo. Cuando un gran número de personas se concentran juntas sobre el mismo tema con la misma intensidad, desarrollan una energía común. Todos sabemos acerca de este efecto estimulante, que podemos comprobar al compartir con otros un buen proyecto y un momento intenso. La actividad concentrada recoge las intenciones de cada uno en una conciencia colectiva que parece llevar el conjunto. Pero detrás de la impresión personal, un conjunto de procesos regulados se desarrolla entre nosotros.

Un egregor es un “alma colectiva” o “espíritu común”, ya que los pensamientos, ideas, deseos, objetivos, sinergias o lo que sea que den lugar a él crean y dan sentido a un grupo determinado.

Podemos decir que un egregor es un conglomerado específico de energías (del plano astral) compartidas por un colectivo humano. Todo egregor es una Entidad vigilante. Consciente o inconscientemente, los colectivos humanos (dos o más personas) vierten su ATENCIÓN y sus EMOCIONES sobre determinados intereses,un egregor surge siempre de un colectivo.

“Desde el momento en que, al menos dos personas, comparten una visión, forman un egregor. Algunos tendrán una vida útil corta, otros durarán por siglos: una historia de amor puede durar unos pocos días, el egregor de la iglesia católica tiene más de 2.000 años”.

“Observe una cena entre amigos: siempre hay uno que hace reír, alguno que refunfuña, etc. Cada uno juega un papel que deja de lado en el momento que vuelve a casa. Ellos mantienen su egregor. Un partido de fútbol con su equipo favorito, la vuelta a la escuela de su hijo o un almuerzo en casa de la familia… Vivimos permanentemente entre áreas sociales invisibles, muy condicionantes. Incluso alguien que quiere escapar de este fenómeno yéndose a vivir en una isla desierta, sigue vinculado al egregor de las personas que aspiran a aislarse en una isla desierta”.

 

Ciertamente, se puede considerar cada colectividad como disponiendo de una fuerza de orden sutil constituida en cierta manera por los aportes de todos sus miembros pasados y presentes, y que, por consiguiente, es tanto más considerable y susceptible de producir efectos más intensos cuanto más antigua sea la colectividad y cuanto mayor sea el número de miembros que la componen.

El hecho de NO PENSAR en «ALGO» no va a hacer que deje de existir… pero el hecho de prestarle nuestras emociones y pensamientos (ambos son energías) a ciertos conceptos, hacen que estos tengan más potencia, se reflejen (manifiesten) y se precipiten activamente sobre el mundo.

La MASA CRÍTICA se llama así a la «medida» o cantidad necesaria para que un cambio se produzca ya sea positivo o negativo. Concretamente, cuando la mitad más uno de las personas de un ámbito determinado piensan en cambiar, el cambio está hecho, porque son mayoría absoluta, eso es una masa crítica.

 

Gaetan Delaforge lo define como «la mente colectiva creada por la gente que se une conscientemente para un propósito común», una creación humana a nivel individual o colectivo que surge de una potente corriente de pensamiento colectivo.

Se trata de formas psíquicas que tienen relación con estados de consciencia y que emanan una corriente magnética como un rayo de luz.

La condensación de pensamientos, emociones y deseos que se mantienen cierto período tiempo en un plano astral pueden llegar a tener forma, vida y hasta autonomía.

Cuando las personas se reúnen con pensamientos de la misma naturaleza pueden llegar a crear egregores de energía negativa o positiva reaccionando de una determinada manera sobre sus creadores.

Por eso, si esta entidad tiene la fuerza suficiente por la proyección de muchas personas sobre ello puede convertirse en una energía autoconsciente, es decir, tomar vida. Incluso cuando dos personas comparten una visión pueden crear un egregor.

Los egregor creados inconscientemente pueden tener forma abstracta, mientras que los pensamientos que son creación consciente presentan la forma de sus creadores o la que decida los que lo mantienen.

Hay que tener en cuenta que, los pensamientos son energías que se acumulan en el cuerpo y salen a la atmósfera adquiriendo personalidad y vida propia según la dirección que le hemos dado. Aunque no vemos nuestros egregores, los sentimos y nos influyen, son nuestros propios pensamientos proyectados.

Podemos identificar las características de diferentes egrégores en situaciones como, por ejemplo:

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Cómo se borra un egregor

Simplemente con la intención de hacerlo. El trabajo energético de borrarlo se conecta con el campo de energía, se recoge mentalmente o se tiene la fuerza de voluntad en algo que se puede manejar.

Para borrar el egregor hay que quitarle fuerza hasta debilitarlo por completo y que acabe desapareciendo. Como todo lo que piensas se manifiesta, piensa y siente en positivo. Puedes pensar que no es sencillo eliminar un egregor, y de hecho no lo es, pero puedes hacerlo.

De la misma manera que hubo una energía e intención que creó el egregor, también se puede crear una energía igual o mayor en intención que la destruya.

 

No debemos de subestimar la fuerza individual de creación de entidades para nuestro propio beneficio, o nuestro propio hundimiento. Por eso existe el libre albedrío, pero hemos de ser cuidadosos de prestar atención en los pensamientos ya que a lo largo del tiempo tiene lógica para nuestra mente racional que se conviertan en realidad.

Aunque parezca que el egregor es el que tiene el poder, en realidad eres tú quien lo tiene. Recuerda que el egregor existe mientras que la energía que lo ha creado y mantiene permanece.

 

 

Accesos Directos a Paginas relacionadas con estos Temas:

 

https://www.pressenza.com/es/2014/09/que-es-un-egregor/

https://www.codigocba.com/post/que-son-los-egregores-y-como-eliminarlos

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