La casualidad, Sucesos imprevistos

 

El otro día hablando con un compañero de trabajo salió en la conversación el nombre de un compañero de trabajo “Pepe”, que hacía más de 20 años que no sabíamos nada de él. Por la tarde tuve que ir a Madrid para hacer unos asuntos, no fuí en coche por los atascos que suele haber, cogí el metro y cuando estaba esperando al tren, me tocan por la espalda, me doy a la vuelta y mira tú por donde era el tal “Pepe”. Eso es casualidad o azar ¿qué es?.

 

Todos en algún momento nos hemos topado con situaciones que solemos llamar coincidencias, ¿pero podemos decir realmente que estas casualidades son producto del azar o habrá algo más que interactúa en el universo para que sucedan de tal manera?.

 

Lo que parece una casualidad puede ser una sincronicidad de eventos, o una fuerza mucho más mágica que el azar. Existieran conexiones entre sucesos, personas o informaciones a través de hilos invisibles que tan sólo podemos vislumbrar por momentos. Según el psiquiatra suizo Carl Jung esto no es casualidad, sino sincronicidad, uno de los aspectos más enigmáticos y sorprendentes de nuestro universo.

 

Según la denominación oficial la Casualidad es el momento en el que suceden las cosas de una manera imprevista, por lo general se trata de la combinación de circunstancias en las que quien percibe la casualidad nota que la sucesión de hechos es inexplicable, son extrañas coincidencias que no se pueden explicar.

Según la física cuántica las casualidades son resultado de una unidad universal por la cual cada criatura está ligada a otras y todas las partes del mundo constituyen un solo mundo. Según ésta teoría los últimos constituyentes del universo, partículas y ondas, son aspectos diferentes de la actividad de la materia, la energía.

 

Otra teoría dada por el biólogo austriaco Paul Kammerer a principios del siglo XX, y expuesta en su libro “La ley de la serialidad”, esta hipótesis sostiene que existen fuerzas que actúan bajo un principio universal de la naturaleza, tan fundamental y desconocido como lo era antes la ley de la gravedad, que actúa selectivamente para hacer coincidir en el espacio y en el tiempo cosas que poseen alguna afinidad. Este principio físico opera independientemente de las leyes de causa y efecto y «nos lleva directamente a la imagen de un mundo caleidoscópico que tiende a reunir siempre los factores semejantes».

 

Ahora bien, a esta ecuación sobre los acontecimientos inesperados de nuestras vidas le podemos agregar otro integrante más, la causalidad. La causalidad es otro sistema de pensamiento en el que todos los sucesos de la vida pasan por causa y efecto, es decir, que cada cosa que pasa en nuestra vida, se debe a decisiones y acciones previas que hemos tomado, por lo que la causalidad nos otorga enteramente la responsabilidad de todo lo que nos pasa.

 

Las casualidades ocurren todos los días en nuestras vidas. Brotan desde su fuente oculta, nos rodean de oportunidades y desaparecen, no nos damos cuenta. Son las estrellas fugaces de la vida cotidiana.  Sólo que no las notamos durante el día porque estamos deslumbrados por la luz del sol, y en la noche únicamente son visibles si miramos hacia el lugar correcto, en un cielo oscuro y despejado. Así son las casualidades unas veces las percibimos otras no, pero haberlas están.

 

Un día de repente ocurre algo, que parece no tener explicación… Dudas, pero no quieres concederle más importancia… Sin descubrirlo por el momento, resulta que paralelamente se han desencadenado una serie de sucesos que guardan algún tipo de relación con el anterior. Puede ser que tardemos días en descubrirlo, quizás años… O puede que nunca lleguemos a hacerlo, no por el hecho de que no se nos presente la oportunidad, sino porque no lo hemos sabido ver… Pero lo cierto es que ahí están.

 

A mí como a otra persona les han ocurrido acontecimientos en su vida que son dignos de contar y analizar, cosas extrañas fruto de la casualidad o el azar que vistas desde una perspectiva fuera de contexto son increíbles de creer. Yo mismo he experimentado en mi propia vida una serie de desconcertantes eventos sincrónicos. Tengo dos casos relacionados con la casualidad que merece la pena ser contados, juzguen usted la veracidad de ellos, a mí me ocurrió ciertamente y no es fruto de mi imaginación, no es por adornar este artículo, sino que paso realmente y doy fe de ello.

 

Yo tenía por aquel entonces unos 27 años, formaba un equipo de investigación con otros amigos y estábamos decididos a realizar el experimento de la cámara kilrlian, para ver el aura de las manos y de las hojas de las plantas, necesitábamos un elemento eléctrico que diera un alto voltaje, pensábamos que con una bobina de alta tensión de un coche nos podría valer, todo sucedió al día siguiente cuando iba andando por una  calle de Torrejón de Ardoz en un lateral junto al bordillo derecho y cerca del adoquín, allí estaba tirada en el suelo la bobina. Que piensan ustedes, casualidad, destino, coincidencia ….al final el experimento de la cámara kirlian  se hizo, pero eso es otro asunto y no con el que estamos ahora.

 

 

 

El segundo ejemplo de casualidad es mucho menos creíble que el anterior, pero también fue real y me ocurrió a mí también.

Allí por los años 85, mi exmujer trabajaba en el hospital Gregorio Marañón en el turno de noche, como todos los días iba en un coche Fiat Uno y lo dejaba aparcado frente a la torre de Madrid, en la calle O’Donnell. Sobre las 4 de la madrugada recibo una llamada de la policía a casa, cosa que me dejó perplejo a esas horas, me dijeron que el coche Fiat Uno lo habían robado y lo tenían cerca de la comisaria.

 Cogí mi coche y fui a Madrid a la comisaría del barrio de Ventas a recoger el coche, como yo no podía traerme los dos lo dejé aparcado a unos 100 metros, en un sitio donde no había problemas para aparcar, así por la mañana lo recogeriamos cuando mi ex. saliera del trabajo. Al día siguiente fui a la salida del hospital para llevarla a por el coche y marchar a casa, cual fue nuestra sorpresa al ver que el coche no estaba en el sitio donde yo lo había dejado aparcado unas horas antes, lo habían vuelto a robar, casualidad, destino, fatalidad, no hay explicación, fuimos a denunciarlo otra vez.

 

La historia no termina aquí… al día siguiente que era domingo y yo no trabajaba tuve la corazonada de que el coche estaba en algún sitio de Madrid aparcado, ¿no sé dónde? Sin pensarlo me fui para Madrid.

 

Mi corazón iba palpitando de los nervioso que tenía, algo en mi interior me decía que lo iba a encontrar y estaba totalmente seguro y convencido de ello. Recorrí  la zona de Vallecas y las calles adyacentes y nada, fui por los alrededores de la plaza de toros de las Ventas,  nada, no aparecía, por último se me ocurrió ir  al barrio de la Elipa,  recorrí las calles una tras otra, después de una hora, sentí que mi intuición me había hecho una mala jugada, desesperado decidí volver a casa por un sitio donde no había pasado antes, era una calle poco concurrida que salía a la M30, al entrar vi a lo lejos  un coche rojo encima de una acera, me acerqué a comprobar y cuál fue mi sorpresa que era el mío, el Fiat Uno, quien lo había robado lo habían dejado encima de la acera con una puerta abierta, llamé a un amigo para que se trajera a otro amigo  y poder llevárnoslo. Pasamos por la policía y le contamos el caso, se quedaron atónitos, no daban crédito a la historia.

Así fue y a si os lo he contado, casualidad, coincidencia, destino, algo aleatorio, aún sigo preguntándome si la suerte me acompañaba esos días, si hubiera sido así si tendría que haber jugado a la lotería ese día, pero no lo hice, no se me ocurrió, ahora podría haber sido rico en dinero o en otra cosa, no sé, el destino tendría que ser ese.

 

 

Depende de cada uno de nosotros escoger qué línea de pensamiento seguimos para afrontar nuestra vida. Quienes son más racionales se deciden por la causalidad mientras que otras prefieren darle un poco más de magia y ligereza a la vida creyendo en el destino; otras se quedan en un punto intermedio creyendo en la casualidad.

 

Existe otro punto que no se considera a primera instancia, pero que es elemental, cada ser humano crea su realidad, entonces mientras nosotros deseamos algo, otros hacen lo mismo y muchos de estos ‘sucesos ’ se producen en mente de otra persona o grupo, el hecho es que de alguna forma o manera estamos conectados con algo o alguien que se escapa de nuestro entendimiento y eso está por encima de nosotros, ¿de momento?.

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